Kassandra era hija de una humana y del Rey y comandante de los draconianos Flake Domum. Cuando su madre dio a luz a la pequeña, falleció, ya que no pudo soportar el dolor al nacer una niña que tenía genes híbridos de un dragón.

Su padre la estuvo cuidando durante su niñez, y cuando la chica llegó a los 700, su padre ya la permitió alejarse de él, aunque siempre teniendo cuidado.

Cuando Kassandra era sólo un cachorro, a medida que crecía iba aprendiendo a controlar más sus poderes gracias a su padre, que la ayudaba en todo, la protegía y la cuidaba.

Un día, cuando Kassandra tenía aún 1300 años, su padre la contó todo sobre su madre, lo que pasó en realidad y cómo murió. Aquel día, la chica se pasó todo el día entero escondida entre los árboles. Así fue cómo la chica se volvió seria, solitaria, misteriosa… pero tenía mucha delicadeza con los animales, especialmente a la hora de cazar. Kassandra no era la típica dragona que cazaba con brutalidad y disfrutando de la sangre y el asesinato, sino que mataba limpiamente a sus presas y siempre que hacía eso, hablaba en un idioma oscuro y extraño, como rezando a alguien o algo...algo que se desconoce.
A los 1900 años, la casa de los Flake Domum fue prácticamente exterminada por unos soldados pertenecientes a la organización AKA, incluyendo a su padre y a su abuelo, el cabeza de su clan por entonces.

Ese mismo día, Kassandra ayudó en la lucha, viendo como su propio abuelo, el rey de los oscuros, era asesinado por un Tywyll. Y no solo fue uno el que cayó... más de la mitad de los Flake Domum fueron ejecutados, teniendo que retirarse a otras tierras nórdicas más al norte.

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Kassandra fue la única superviviente. AKA se dedicaba a esclavizar dragones y otras criaturas, y secuestraron a Kassandra, reteniendola durante 100 años en aquel antro que daba todas las ganas de suicidarse. Allí, la joven dragona fue maltratada, usada para luchar repetidas veces, donde, a parte, pudo ganar gran destreza y habilidad con sus poderes. Ella, no obstante, aguantaba como podía, e incluso llegaba a hacer daño, algo que no le gustaba, a sus contrincantes en La Arena. Fue en esos años cuando Kassandra se dio cuenta que no podía seguir así más tiempo, que tendría que cambiar.

Un día, la semidragón, con una increíble suerte, escapó de aquel lugar revelándose contra sus maltratadores. Fue entonces cuando se volvió una formidable guerrera, escalando peldaños entre las fuerzas draconianas, y juró venganza por el exterminio de su casa de semidragones o draconianos, buscando entonces a sus familiares más cercano, o bien los que aún quedaban de los Draconian, peor no todo acabaría ahí.

Desde aquel entonces, su padre fue nombrado rey, y Kassandra comandante, una guerrera formidable que tenía al ejército de su tribu en su poder. Así, juró venganza; juró matar hasta el último de los Tywyll, empezando por su general: Llewellyn Tywyll...